"La memoria despierta para herir a los pueblos dormidos que no la dejan vivir libre como el viento." León GiecoPor Natalia Saavedra
²El viento soplaba, el frío cubría y amenazaba la Ciudad por completo pero ése mismo frío no se sentía en Villa Urquiza. Apenas llegué ése miércoles al Cine Teatro 25 de Mayo, subí al ascensor y una vez en el tercer piso, Los Villurqueros me esperaban con todo su abrigo y su energía para olvidarme de tanta ropa, de tanta queja.
Se armó la ronda primero: unas 15 o 16 personas de diversas edades se sumaron al juego. Enormes sonrisas iluminaban la sala y como si fueran niños, me invitaron a jugar con ellos. La rueda de energía instauró el calorcito; ése calor que sólo se encuentra en lo humano, en lo colectivo y en el compartir. Del juego pasamos al trabajo y allí, pude ser testigo de los esbozos de su próxima obra de teatro: la fábrica Grafa.
Nuevamente en ronda pero esta vez todos sentados nos transportamos a los años 30, época donde nace esta fábrica, ícono de Villa Pueyrredón y sus alrededores y de un momento histórico. Hasta Tita Merello salió del grabador, cuestionando, ¿dónde hay un mango? Y a partir de allí, las preguntas, algunas respuestas. Todos los Villurqueros fueron sacando de a poco los datos o testimonios que habían recogido. Algunos contextualizaban el surgimiento de la fábrica, otros contaban los recuerdos que atesoraban del barrio y hasta exponían ideas sobre la puesta en escena de la obra.
Yo los miraba, sorprendida primero y atrapada por la historia luego; como si de a poco la fábrica Grafa se hiciera presente. Tres mil obreros, diez manzanas de fábrica; eran algunos de los datos que empezaban a sumarse.
Una de las integrantes tímidamente sacó varias hojas y en ella tenía el testimonio de varios vecinos que habían trabajado en la fábrica y hasta un planito que había dibujado para poder transportarnos hasta allí.
Mientras escuchaba y permanecía sentada como uno más, junto a ellos, pensaba en la importancia de este grupo y en la participación de los vecinos. Nadie mejor que ellos, quienes vivieron aquellos años y aquella experiencia de la fábrica para recopilar, para reconstruir una memoria de todos, del barrio.
La energía se alzaba incesantemente, todos participaban, debatían, repensaban la historia a partir de aquellos datos. Liliana Vázquez, la directora, igual de entusiasta, leía notas periodísticas, artículos, testimonios; mientras escuchábamos atentamente.
"¿Cómo contar en una obra tan pequeña tantos años de la fábrica?", ése era el mayor interrogante hasta que los murales de la Fábrica Grafa (*) se hicieron presentes e impresos a color algunas reproducciones circulaban por la ronda. Los mirábamos, nos asombrábamos, comentábamos al respecto y parecía que éramos parte de un tiempo paralelo. "Ésa es la estética que quiero darle", comentaba Liliana, al mismo tiempo que una de las Villurqueras explicaba cuál era la imagen que mentalmente tenía sobre la obra o cómo creía que podían encararla.
Las horas pasaron, las ideas y la creación colectiva hasta que el reparto de nuevas tareas y roles se hizo presente: "¿quién saca fotocopias?", "¿vos traés las notas que conseguiste?"; eran algunas de las consignas. Las ganas eran más fuertes que cualquier cosa, eso pensaba mientras los escuchaba.
Los Villurqueros trabajan incesantemente desde su formación en el año 2002, en plena crisis y estallido social. Cualquiera puede ser parte del grupo y ellos los esperan con ese calorcito que no se encuentra en cualquier lado. Como si fueran una especie de memoria andante colman el Complejo Teatral 25 de Mayo que les ha dado una sala para poder realizar sus encuentros todos los miércoles a las 20 horas. Y es en éste mismo lugar, recuperado por los vecinos, donde pueden encontrar la forma de contar una historia en la que no son sólo personajes sino también protagonistas porque es su barrio y su gente.
Con un espacio en el Teatro 25 de Mayo que tiene nuevo director, Alejandro Casavalle, "más abierto al teatro popular", comentan, emprenden este nuevo viaje. El proceso es extenso y profundo: primero se realiza un acercamiento al tema, se investiga y se recopila información para pasar luego a la puesta teatral y el tema a tratarse.
Esto sucede cada miércoles. Cualquier dato o testimonio que se aporte es fundamental. La memoria del barrio se hace presente y espera más testimonios y protagonistas. ¡Anímate a ser parte!
(*) Los 48 Murales de la Grafa son una obra de la comunidad educativa del Distrito Escolar 16 y los vecinos de Villa Pueyrredón. Se inauguraron en el año 2000 y están pintados sobre el muro - que se extiende sobre la Av. Albarellos, entre las calles Bolivia y Zamudio - que forma parte del hipermercado norteamericano, construido en el predio donde funcionó durante más de 60 años la Fábrica Grafa.
Fuente: http://www.elbarriopueyrredon.com.ar/ediciones%2009/junio/noticias_villurqueros.shtml
²El viento soplaba, el frío cubría y amenazaba la Ciudad por completo pero ése mismo frío no se sentía en Villa Urquiza. Apenas llegué ése miércoles al Cine Teatro 25 de Mayo, subí al ascensor y una vez en el tercer piso, Los Villurqueros me esperaban con todo su abrigo y su energía para olvidarme de tanta ropa, de tanta queja.
Se armó la ronda primero: unas 15 o 16 personas de diversas edades se sumaron al juego. Enormes sonrisas iluminaban la sala y como si fueran niños, me invitaron a jugar con ellos. La rueda de energía instauró el calorcito; ése calor que sólo se encuentra en lo humano, en lo colectivo y en el compartir. Del juego pasamos al trabajo y allí, pude ser testigo de los esbozos de su próxima obra de teatro: la fábrica Grafa.
Nuevamente en ronda pero esta vez todos sentados nos transportamos a los años 30, época donde nace esta fábrica, ícono de Villa Pueyrredón y sus alrededores y de un momento histórico. Hasta Tita Merello salió del grabador, cuestionando, ¿dónde hay un mango? Y a partir de allí, las preguntas, algunas respuestas. Todos los Villurqueros fueron sacando de a poco los datos o testimonios que habían recogido. Algunos contextualizaban el surgimiento de la fábrica, otros contaban los recuerdos que atesoraban del barrio y hasta exponían ideas sobre la puesta en escena de la obra.
Yo los miraba, sorprendida primero y atrapada por la historia luego; como si de a poco la fábrica Grafa se hiciera presente. Tres mil obreros, diez manzanas de fábrica; eran algunos de los datos que empezaban a sumarse.
Una de las integrantes tímidamente sacó varias hojas y en ella tenía el testimonio de varios vecinos que habían trabajado en la fábrica y hasta un planito que había dibujado para poder transportarnos hasta allí.
Mientras escuchaba y permanecía sentada como uno más, junto a ellos, pensaba en la importancia de este grupo y en la participación de los vecinos. Nadie mejor que ellos, quienes vivieron aquellos años y aquella experiencia de la fábrica para recopilar, para reconstruir una memoria de todos, del barrio.
La energía se alzaba incesantemente, todos participaban, debatían, repensaban la historia a partir de aquellos datos. Liliana Vázquez, la directora, igual de entusiasta, leía notas periodísticas, artículos, testimonios; mientras escuchábamos atentamente.
"¿Cómo contar en una obra tan pequeña tantos años de la fábrica?", ése era el mayor interrogante hasta que los murales de la Fábrica Grafa (*) se hicieron presentes e impresos a color algunas reproducciones circulaban por la ronda. Los mirábamos, nos asombrábamos, comentábamos al respecto y parecía que éramos parte de un tiempo paralelo. "Ésa es la estética que quiero darle", comentaba Liliana, al mismo tiempo que una de las Villurqueras explicaba cuál era la imagen que mentalmente tenía sobre la obra o cómo creía que podían encararla.
Las horas pasaron, las ideas y la creación colectiva hasta que el reparto de nuevas tareas y roles se hizo presente: "¿quién saca fotocopias?", "¿vos traés las notas que conseguiste?"; eran algunas de las consignas. Las ganas eran más fuertes que cualquier cosa, eso pensaba mientras los escuchaba.
Los Villurqueros trabajan incesantemente desde su formación en el año 2002, en plena crisis y estallido social. Cualquiera puede ser parte del grupo y ellos los esperan con ese calorcito que no se encuentra en cualquier lado. Como si fueran una especie de memoria andante colman el Complejo Teatral 25 de Mayo que les ha dado una sala para poder realizar sus encuentros todos los miércoles a las 20 horas. Y es en éste mismo lugar, recuperado por los vecinos, donde pueden encontrar la forma de contar una historia en la que no son sólo personajes sino también protagonistas porque es su barrio y su gente.
Con un espacio en el Teatro 25 de Mayo que tiene nuevo director, Alejandro Casavalle, "más abierto al teatro popular", comentan, emprenden este nuevo viaje. El proceso es extenso y profundo: primero se realiza un acercamiento al tema, se investiga y se recopila información para pasar luego a la puesta teatral y el tema a tratarse.
Esto sucede cada miércoles. Cualquier dato o testimonio que se aporte es fundamental. La memoria del barrio se hace presente y espera más testimonios y protagonistas. ¡Anímate a ser parte!
(*) Los 48 Murales de la Grafa son una obra de la comunidad educativa del Distrito Escolar 16 y los vecinos de Villa Pueyrredón. Se inauguraron en el año 2000 y están pintados sobre el muro - que se extiende sobre la Av. Albarellos, entre las calles Bolivia y Zamudio - que forma parte del hipermercado norteamericano, construido en el predio donde funcionó durante más de 60 años la Fábrica Grafa.
Fuente: http://www.elbarriopueyrredon.com.ar/ediciones%2009/junio/noticias_villurqueros.shtml
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