miércoles, 29 de diciembre de 2010

El fin de año y los trastornos del sueño

El estrés, las preocupaciones económicas, la preparación de las vacaciones, el calor y el exceso de comida y bebida pueden conspirar contra el descanso. Se estima que quienes cuentan con antecedentes de insomnio u otros trastornos presentan más posibilidades de reincidir ante una situación puntual como por ejemplo las fiestas.

Dormir mal es molesto durante y después. Durante porque las horas de la noche cuando no se puede conciliar el sueño y lograr un descanso reparador suelen ser una tortura. Después porque encarar un día sin haber dormido lo suficiente genera mal humor, dolor de cabeza, desgano, decaimiento, incapacidad para llevar adelante las tareas, etc.

Pero, ¿cuáles son las razones que pueden provocar alteraciones del sueño?. En primer lugar se encuentran las fisiológicas: el sobrepeso, las complicaciones del sistema respiratorio, la apnea y las molestias gástricas.

En segundo término se destacan las cuestiones que tienen que ver con lo emocional o personal. En esa área es posible enumerar el estrés -sobre todo en esta época de fin de año- y las preocupaciones económicas que pueden pasar por la falta de dinero para las vacaciones, los regalos de los chicos o el armado de un festejo, o bien las laborales entre las cuales suele cobrar importancia la duda respecto a lo que vendrá el año entrante.

Si bien cualquier de estas situaciones son sumamente molestas y complican la vida cotidiana siempre, lo cierto es que ante la llegada de determinado momento del año es más posible que se produzcan alteraciones en el descanso que en algunos casos también están relacionadas con el exceso de comida y bebida tan típico de la última semana del año.

En este sentido, el doctor Arturo Garay, médico especialista en trastornos del sueño y presidente de la Asociación Argentina de Medicina del Sueño (AAMSUE), una institución que realiza permanentemente investigaciones relacionadas con las alteraciones del sueño, remarcó que para establecer diferencias, “el primer paso es conocer las características del insomnio crónico, un cuadro que se define por su persistencia: cuando una persona sufre alteraciones que impiden que descanse bien por al menos cuatro semanas, es posible que se esté gestando este trastorno”.

“Cuando una persona llega al consultorio hay que indagar sobre sus costumbres y hábitos asociados al momento de irse a dormir, sus horarios de vigilia-sueño y las actividades que realiza durante el día, así como también sobre la probable existencia de alteraciones del sueño que pueda haber padecido en alguna otra situación o momento de su vida”, sostuvo el especialista.

“Lo primero que hay que hacer es establecer la distinción entre insomnio agudo y el insomnio crónico. Una vez hecho eso es fundamental abordar el problema desde los dos pilares de la medicina del sueño: la historia clínica y el estado del paciente”, completó el doctor Daniel Pérez Chada, jefe de Neumonología del Hospital Universitario Austral, especialista en Sueño y coordinador del equipo de Medicina del Sueño del Sanatorio Mater Dei.

Ocurre que de acuerdo a las estimaciones es más probable que una persona al estar expuesto a una situación de preocupación, debilidad, angustia o estrés desarrolle insomnio o algún otro trastorno relacionado con la calidad del sueño, si ya ha tenido un cuadro similar antes.

Por todo esto es fundamental no sólo realizar la consulta médica antes de que pase demasiado tiempo, sino también prestar atención a ciertas cuestiones como evitar comer muy pesado, tomar café o hacer ejercicio antes de acostarse, dormir fresco en verano y abrigado en invierno, utilizar la cama sólo para dormir evitando trabajar o comer en ella, dejar de lado la televisión al acostarse y utilizar tapones en los oídos o antifaz para los ojos en caso que sea necesario.

Para mayor información:
Asociación Argentina de Medicina del Sueño (AAMSUE):

http://www.rems.com.ar/asoc_arg_suenio.htm

Fuente: PRO-SALUD News


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