sábado, 27 de junio de 2009

Glifocidio, Glifocidas y Glifotoxicidad

Por Jorge Kaczewer es médico (UBA) miembro del GRR, investigador ydivulgador científico de temas ecológicos y toxicológicos.

En ecotoxicología médica, tras varias décadas de observar la realidad, seguimos constatando con enorme frustración el mismo fenómeno recurrente. Los vínculos entre exposición y enfermedad ocupacional o medioambiental, aún con toxinas nuevas y poco conocidas, usualmente son identificados con exactitud y velocidad sorprendentes.

Estas conexiones causales, sin embargo, no logran impulsar actitudes preventivas y de reparación con agilidad suficiente. Más bien, las soluciones terminan llegando demasiado tarde.
Una y otra vez nos sorprendemos al enterarnos que aquello que considerábamos un nuevo hallazgo, en realidad ya había sido reportado por otros, a menudo diez, veinte o treinta años atrás. Aprendimos mediante prueba y error que estas historias distantes pueden estar documentadas en algún lugar, pero resultan muy difíciles de hallar. Este tipo de información es frecuentemente omitida en los libros de texto. Incluso los artículos de revisión especializados en las revistas científicas raramente siguen las antiguas huellas de la evidencia para rastrear cómo, cuándo y por qué una enfermedad consecuente con la actividad humana surgió en un principio y qué intentos, si acaso existieron, se realizaron para controlar la enfermedad en su primer brote.
Y con cada nueva historia que pone nuevos rostros al dolor de las víctimas, nos preguntamos:

¿Por qué esto sigue siendo así?

Un factor es la diferencia pivotal entre enfermedades “Industriales / Ambientales” y la mayoría de las condiciones médicas generales radica en que para éstas últimas casi nunca está involucrado un perpetrador humano. Una cosa es aislar un microbio letal.

Otra muy distinta identificar, con un nombre, un entorno hogareño o laboral toxicológicamente riesgoso o rastrear con claridad un epicentro ambiental peligroso.

Otros eventos que fomentan tal recurrencia son las semejanzas emergentes entre eventos ocupacionales y medioambientales aparentemente inconexos. Primeramente, la historia de cada nuevo riesgo introducido y su correspondiente impacto patológico es espejada en un proceso paralelo de descubrimiento médico, impregnado de tanta intriga como la del cuento del cazador de gérmenes lanzado a un safari de enfermedades infecciosas. Segundo, la repetición del patrón de lentitud, dilación e injusticia sanitarias en lo tocante a la prevención y la atención médica del problema. Y por último, y muy lamentablemente, los perpetradores permanecen en un anonimato total, y casi siempre consiguen continuar con su negocio sin ser castigados.

Agravan la situación las consecuencias del fenómeno pandémico de “privatización científica” mundial con unas pocas gigantescas empresas decidiendo el tipo de ciencia que se hace en las universidades estatales y condenando a extinción al científico independiente. Los logros del cazador de virus y bacterias no ponen en riesgo los intereses económicos de ninguna empresa transnacional y pueden ameritarle la postulación a un Nóbel. En cambio los “eco-detectives”, exitosos a menudo, terminan convertidos en parias científicos, perdiendo sus puestos académicos u hospitalarios, sus subsidios para la investigación y recibiendo amenazas telefónicas anónimas sobre el riesgo que corren sus familias si persisten con las denuncias.

El escenario de esta interminable lista de repetidos intentos fallidos de protección sigue un patrón de respuestas análogo al “proceso de muerte” en cuatro etapas de la conocida tanatóloga Elizabeth Kubler-Ross: negación, enojo, regateo y aceptación. En el estadio inicial, negación, los contaminadores minimizan y diluyen en explicaciones el pretendido riesgo. A continuación, montan enojados contraataques buscando neutralizar a quienes presionan para que se controle el problema. En la etapa de regateo, los contaminadores buscan el mejor trato que se pueda lograr mediante el debilitamiento de cualquier mecanismo de intervención propuesto antes de que se
llegue a implementar. La etapa final del proceso de muerte ha sido conceptualizada como una aceptación de la verdadera naturaleza de la inmutable situación en cierne.

Desgraciadamente, en negociaciones respecto de riesgos ambientales, aquellos que resultan perjudicados o terminan enfermos son casi siempre los forzados a la aceptación. Los responsables del problema, la mayoría de las veces, simplemente salen ilesos.

Por ende, en la práctica, las estrategias utilizadas para bloquear cualquier acción efectiva son:

1. Caracterizar la información científica como limitada, exagerada, conflictiva o simplemente como “basura”.

2. Culpar a las víctimas y simultáneamente argumentar que la legislación es excesivamente costosa y de iniciación ineficaz.

3. Marcar a los oponentes como visionarios irrealistas o, peor aún, como Luditas sediciosos cortando el camino hacia un progreso inevitable.

4. Orientarse hacia la mano invisible del mercado como el mejor socio para una acción correctiva, ¡si acaso tal acción fuese realmente necesaria!

El restante y debatiblemente más “moderno” argumento en contra de la regulación protectiva afirma que el equilibrio entre consumidores y comercio actúa como una innata y correctiva fuerza de mercado. Y que los propios intereses de ambas partes (especialmente la parte en la cual el capital es concentrado) proveen la mejor garantía de protección. Pero para que esta receta funcione, un ingrediente inicial imprescindible es el equilibrio simétrico de información, que casi nunca se halla presente. Entonces, cuando la evidencia empírica de daño es tan abrumadora, las intervenciones necesarias tan obvias y la rabia del público alcanza tal magnitud de expresión, nuevas ordenanzas son promulgadas y se establecen o expanden mecanismos municipales de inspección y control. En los casos más inusitados, incluso se puede lograr la clausura de la empresa fabricante o su cierre definitivo, aunque todavía para los argentinos esta
posibilidad pertenezca al terreno de la futurología o la ciencia-ficción.

Ejemplos extremos de protección ineficaz de la población nos enseñan que aún cuando eventualmente actuamos para controlar un peligro, aquellos que se beneficiaron a partir de la ausencia de controles pueden adoptar una línea de acción final orientada a impedir cualquier posibilidad de éxito. Esta estrategia es más cínica que las tácticas del duelo entre opiniones de expertos, culpar a las víctimas, atacar a los proponentes del control o invocar un determinismo social accionado por la mercadotecnia. Tal maniobra permite la construcción de un aparato regulatorio rudimentario, pero lo que parece ser un escudo protectivo efectivo es sólo un simulacro. En última instancia, si la maquinaria protectiva es puesta en marcha, sus engranajes de cumplimiento no serán lubricados, y si se rompen, no serán reemplazados.

Hasta aquí, cualquier lector de este informe puede darse cuenta de la magnitud y gravedad del problema sanitario y ambiental que enfrenta el ecosistema rural argentino infestado por el monocultivo de soja tolerante al herbicida glifosato. Y al decir ecosistema nos referimos a un sistema complejo conformado por los habitantes de estos pueblos, los animales, las plantas y el suelo, el cual ya no puede dejar de ser considerado como un organismo vivo. Hablamos de millones de argentinos y sus ecosistemas expuestos durante los últimos años por diversas vías a los cócteles de agroquímicos que incluyeron tan sólo en los pasados doce meses doscientos millones de litros de glifosato comercial.

Los recientes anuncios presidenciales prometiendo una investigación oficial de los impactos de estas masivas fumigaciones sobre nuestra Argentina sojera constituyen un desafío al obvio pronóstico de terminar siendo otra estafa a la esperanza de un pueblo que está cansado de que se le venda un aparato protectivo cero kilómetro y se le entregue una maquina vetusta, oxidada, desguazada y abandonada en el baldío del humanitarismo hipócrita. Otra estafa que la “mala ciencia” le juega a la “clientela” de su “sucursal” argentina.

En mi trabajo de divulgación científica “Toxicología del Glifosato: Riesgos para la Salud Humana” del año 2002, denunciaba que estudios independientes sugerían la errónea calificación del glifosato como "toxicológicamente benigno". Y que dos laboratorios independientes norteamericanos, autores de los estudios toxicológicos requeridos oficialmente para su registro y aprobación, habían sido procesados legalmente y condenados por prácticas fraudulentas. La investigación incluía un listado de los ingredientes inertes conocidos del glifosato comercial y sus efectos tóxicos individuales, mostrando que “las fórmulas conteniendo glifosato producen mayor toxicidad aguda que el glifosato solo. La cantidad de RoundUp (glifosato + POEA) requerida para ocasionar la muerte de ratas es tres veces menor que la de gifosato puro”. Desde 2002 hasta la fecha, decenas de trabajos científicos nuevos han confirmado esto último, que una cosa es hablar de glifosato puro y otra totalmente distinta y mucho más tóxica es referirnos al herbicida comercial en base a glifosato.

Todavía recuerdo a Víctor Trucco, presidente de AAPRESID, afirmando que el glifosato es menos tóxico que la sal de mesa en el programa televisivo “Soja: ¿panacea nutricional o arma silenciosa?”, producido por el difunto cineasta Nicolás Sarquís y emitido por el canal de televisión estatal en pleno auge de la campaña “Soja Solidaria”.

La triquiñuela de Trucco, basada en el concepto de dosis letal 50 (DL50) del glifosato puro, constituye el falso argumento más utilizado por funcionarios y científicos defensores de la supuesta inocuidad del herbicida. Pero la poderosa alianza entre “mala ciencia” y empresas agroquímicas esconde en su galera “trucos” más macabros.

Quizás a muchos funcionarios argentinos, tanto legos como científicos, conocer más detalles de la historia y modus operandi de uno de los “labos” antes mencionados, Industrial Biotest Laboratories (IBT), los impulse a transformar la complicidad implícita de su inacción en verdaderas acciones protectivas para con el pueblo que paga sus sueldos.

El artículo “Falsificarlo: El caso contra IBT”, del periodista norteamericano Keith Schneider, publicado en The Amicus Journal en 1983, por el Natural Resources Defense Council (NRDC), narra el escándalo que destruyó la credibilidad de la industria de evaluaciones de seguridad a fines de la década del ‘70 y comienzos de los ‘80. IBT fue fundado durante los ‘60, en plena infancia del movimiento ambientalista, el cuál , ya más maduro hacia fines de esa década, obligó al presidente Nixon a establecer la EPA (Agencia de Protección Ambiental) en 1970. Esto trajo una regulación más estricta al campo de la aprobación y uso de agroquímicos, requiriendo un amplio espectro de estudios científicos. Muy pronto IBT conducía miles de proyectos de investigación para casi todo fabricante químico y farmacéutico norteamericano. Casi la mitad de estudios de IBT fueron utilizados para las homologaciones federales de innumerables productos:
insecticidas, herbicidas, aditivos alimentarios, aditivos para la potabilización de aguas, cosméticos, medicamentos, jabones y detergentes e incluso colorantes para helados.

Así IBT se convirtió en el laboratorio independiente más antiguo y más grande de su país, realizando durante su última década de existencia más de 1.500 estudios en su sede central de Northbrook, a 40 Km. de Chicago, y en dos laboratorios satélites en Neilsville, Wisconsin y Decatour, Illinois. Se estima que entre un 35% y un 40% de estudios toxicológicos norteamericanos fueron conducidos por IBT. Pero en 1981, el prestigio espurio y la prosperidad del gigantesco laboratorio comenzaron un camino barranca abajo cuando investigadores de la FDA develaron, en sus textuales dichos, el mayor fraude científico perpetrado en los EE.UU. y, quizás, en el mundo entero. En mayo de ese año, tras una intervención de cinco años, un jurado federal especial acusó y condenó al presidente y fundador de IBT, Joseph Calandra, y a sus tres principales científicos asociados, entre ellos el Dr. Paul Wright, jefe del área de estudios
toxicológicos en ratones y ex empleado de Monsanto, por ocho cargos de producir y distribuir investigaciones científicas falsas y luego intentar encubrirlo. Entre los estudios falsificados se encontraban treinta pruebas conducidas sobre el glifosato y entre éstas 11 de los 19 estudios realizados respecto de su toxicidad crónica. “Es difícil no dudar de la integridad científica”, afirmaba en un memorando de 1978 un toxicólogo de la EPA. “Sobre todo cuando los investigadores de IBT explican que han conducido un examen histológico de los úteros de unos… ¡conejos machos!”.

Pero más enfurecedor es el tendal que nos dejó el escándalo de IBT. Hoy, existen muy pocos habitantes del planeta que no establecen diariamente contacto con las sustancias químicas estudiadas y declaradas “seguras” por IBT, especialmente a partir de residuos de pesticidas contenidos en su comida y su agua. Desde que la canallada de IBT fue descubierta, algunas de estas sustancias han sido declaradas peligrosas para la salud humana y medioambiental. De muchas otras, ya se sabe que producen enfermedades y contaminan el ambiente. Suecia prohibió ocho pesticidas de IBT. Tras estudiar 113 pesticidas, Canadá proscribió seis y restringió severamente la aplicación del funguicida Captan. La EPA tomo similares medidas con muchos de los pesticidas de IBT luego de estudiar a fondo 212 de éstos, registrados en base a datos de IBT. Sin embargo, resulta claro que la magnitud de consecuencias del escándalo IBT quizás nunca llegue a conocerse, y su efecto probablemente persistirá durante varias generaciones futuras.
Repetí y amplié el fundamento de estas advertencias en un trabajo del año pasado que puede leerse aquí, “Uso de Agroquímicos en las fumigaciones peri urbanas y su efecto nocivo sobre la salud humana”. En esta compilación, además de presentar nuevos estudios científicos que confirman la nocividad del glifosato y recientes denuncias de corrupción y tráfico de influencias que salpican a la FDA norteamericana, planteo la problemática del impacto en la salud que puede emerger muchos años luego de una exposición crónica a bajas dosis de pesticidas y la precariedad del sistema de determinación de inocuidad, el cual en ningún lugar del planeta todavía incluye protocolos de estudios toxicológicos para impacto prenatal, disrupción endocrina –el “efecto de segunda generación antes citado por el ingeniero Boy- y efectos tóxicos sobre el neuro-desarrollo.

Mientras algunos científicos y legisladores argentinos todavía persisten en constatar si el glifosato ha sido recientemente recategorizado como “peligroso”, nuestro país enfrenta lo que denominamos un verdadero “glifocidio” (glifosato + genocidio + ecocidio). Precisamente, éste es el título de mi análisis de próxima publicación sobre decenas de “papers” de excelente reputación y validez científicas que constituyen una síntesis de las evidencias de impacto negativo del glifosato sobre la salud de los organismos (humanos incluidos) y los ecosistemas, provenientes del trabajo realizado en los últimos años por grupos de investigadores del mundo entero.

A continuación, algunos fragmentos confirmando que nuestros peores temores al respecto no eran infundados:

Carcinogenicidad
•Impacto sobre la trascripción (genética) Marc J, Le Breton M, Cormier P, Morales J, Belle R et Mulner Lorillo O. 2005. «A glyphosate-based pesticide impinges on transcription». Toxicology and Applied Pharmacology. 203, 1-8

•El RoundUp afecta el desarrollo de erizos de mar mediante la inhibición de la eclosión.
•Genera una disrupción de la trascripción genética, un proceso biológico fundamental.
•El glifosato y el surfactante POEA, componentes del RoundUp, se hallan ambos
implicados en este fenómeno.
«Se detectó que el surfactante polioxietilenamina (POEA), principal componente de la fórmula comercial RoundUp, era altamente tóxico para los embriones cuando se lo estudió sólo y por ende podría contribuir a la inhibición de la salida del huevo.» (Marc et al., 2005, p.1)
«Debido a que la trascripción es un proceso biológico básico fundamental, el herbicida podría plantear un riesgo sanitario al ser inhalado cerca de zonas de fumigación a una concentración en las microgotas rociadas 25 veces mayor que la que ocasionó efectos adversos en la trascripción.» (Ibid)
“Sobre todo nos cuidamos mucho en el plano jurídico porque el fabricante no impugnó nuestros resultados, que son a prueba de impugnación, pero sí cuestionó su interpretación ya que hasta el momento no se ha presentado un cáncer por el glifosato y si lo hay no lo sabemos. Para tener un cáncer tienen que pasar entre 30 y 35 años.

El glifosato y otros productos se están usando desde hace mucho menos tiempo, entre 10 y 15 años, por lo que aún es imposible medir los casos.” “Después dijeron que no se podían extrapolar los resultados obtenidos con los erizos al ser humano; les explicamos que todas las células del planeta tienen el mismo origen y que el mecanismo más universal es la división celular. A fines del 2001 se premió con el Nóbel de Medicina a Leland Hartwell, Paul Nurse y Timothy Hunt por sus trabajos sobre el cáncer con levaduras y erizos de mar. Y desde ahí ya no pudieron usar este argumento.”

Extraído de una entrevista a Robert Bellé realizada por Mónica Almeida RAAP-AL Uruguay - 13/3/07
www.rel-uita.org

Impacto sobre la regulación del ciclo celular

Marc, Julie, Odile Mulner-Lorillon, Robert Bellé. 2003. «Glyphosate-based pesticides affect cell cycle regulation.» Biology of the Cell, vol. 96, p. 245–249

• El RoundUp afecta la regulación del ciclo celular mediante la disrupción del control de
daños al ADN.
•Esto puede conducir al desarrollo de un cáncer (potencial mecanismo de carcinogénesis). El estudio demuestra un vínculo entre Roundup y desregulación del ciclo celular pero no establece un vínculo directo con el cáncer.
•La concentración en las microgotas pulverizadas es entre 500 y 4000 veces mayor que la mínima concentración para la desregulación del ciclo celular.

•«Por lo tanto, la inhalación de los herbicidas en base a glifosato en la vecindad de su fumigación constituye un claro motivo de preocupación sanitaria.» (Marc et al., 2003)

Tres recientes estudios con control de casos sugirieron una asociación entre el uso de glifosato y el riesgo de padecer Linfoma No Hodgkin.

De Roos AH, Zahm SH, Cantor KP, et al. Integrative assessment of multiple pesticides as risk factors for non-Hodgkin’s lymphoma among men. Occup Environ Med 2003, 60, E11 http://oem.bmjjournals.com/cgi/content/full/60/9/e11

Hardell L, Eriksson M, Nordstrom M. Exposure to pesticides as risk factor for non- Hodgkin’s lymphoma and hairy cell leukemia: pooled analysis of two Swedish casecontrol studies. Leuk Lymphoma 2002, 43,1043–1049.
McDuffie HH, Pahwa P, McLaughlin JR, Spinelli JJ, Fincham S, Dosman JA, et al. 2001.
Non-Hodgkin’s lymphoma and specific pesticide exposures in men: cross-Canada study of pesticides and health. 2001, Cancer Epidemiol Biomarkers Prev 2001,10,1155–63.).

Un estudio prospectivo en Iowa y Carolina del Norte, EE.UU. que incluyó a más de 54.000 aplicadores licenciados privados y comerciales sugirió un vínculo entre el uso de glifosato y mieloma múltiple.


“La exposición a glifosato no fue asociada con incidencia de cáncer en general o con la mayoría de subtipos de cáncer que estudiamos. Sí existió una asociación sugerida de incidencia de mieloma múltiple que debería ser supervisada en la medida que ocurran más casos en el AHS.”
De Roos AJ, Blair A, Rusiecki JA, Hoppin JA, Svec M, Dosemeci M, Sandler DP and Alavanja MC. Cancer incidence among glyphosate-exposed pesticide applicators in the agricultural health study. Environ Health Perspect 2005, (113, 49-54).

Disrupción Endócrina

Efectos tóxicos y disrupción endócrina
Un estudio de un equipo conducido por el Prof. Gilles-Eric SERALINI en la Universidad de Caen en Francia sobre la toxicidad del RoundUp demuestra que:
- Las células de la placenta humana son muy sensibles al RoundUp a niveles inferiores a aquellos rutinariamente usados en la agricultura, quizás explicando las causas de nacimientos y abortos prematuros en áreas rurales de Argentina.
Incluso, los efectos del Roundup sobre la síntesis de hormonas sexuales fueron detectados por debajo del nivel de toxicidad, hecho que amerita la clasificación de este herbicida como un potencial disruptor endócrino.
Finalmente, los efectos generados por el RoundUp son siempre de mayor magnitud que aquellos del glifosato sólo (hipótesis: adyuvantes).
Richard S, Moslemi S, Sipahutar H, Benachour N, Seralini GE. 2005. «Differential effects of glyphosate and Roundup on human placental cells and aromatase» Environmental Health Perspectives, vol. 113, no. 6, juin, p. 716-720.
Time -and dose- dependent effects of roundup on human embryonic and placental cells Benachour N, Sipahutar H, Moslerni S, Gasnier C, Travert C, Seralini GE. ARCHIVES OF ENVIRONMENTAL CONTAMINATION AND TOXICOLOGY 53 (1): 126-133 JUL 2007

“Probamos el potencial de toxicidad y de disrupción endócrina del Roundup sobre células humanas embrionarias 293 y derivadas de placenta JEG3, pero también sobre placenta normal humana y testículos equinos. La dosis letal media (LD50) de Roundup para las células embrionarias es de 0,3% en la primera hora en un medio libre de suero, y baja alcanzando 0.06% (conteniendo entre otros componentes 1.27 Mm. de glifosato) luego de 72 horas en presencia de suero. En estas condiciones, las células embrionarias parecen ser 2 a 4 veces más sensibles que las placentarias. En todas las instancias, el Roundup (generalmente utilizado en agricultura al 1-2 %, o sea, con 21- 42 Mm. de glifosato) es más eficiente que su ingrediente activo, el glifosato, sugiriendo un efecto sinérgico provocado por los adyuvantes presentes en el Roundup.”
“Demostramos que los cultivos libres de suero, aún en términos de un corto plazo (1 hora), revelan los impactos xenobióticos que son visibles 1 a dos días más tarde en suero. También documentamos a dosis más bajas no visiblemente tóxicas, de entre 0,01% (con 210 mu M de glifosato) en 24 horas, que el Roundup es un disruptor de la aromatasa. La inhibición directa es dependiente de la temperatura y es confirmada en diferentes tejidos y especímenes (líneas celulares de placenta o riñón embrionario, extractos de testículo equino o de placenta humana frescos). Más aún, el glifosato actúa directamente como un inactivador parcial de la aromatasa microsomal, independientemente de su acidez, y de forma dependiente de la dosis. Los efectos
citotóxicos, y potencialmente disruptores endócrinos del Roundup son por lo tanto amplificados con el transcurso del tiempo. Tomados en conjunto, estos datos sugieren que la exposición al podría afectar la reproducción y el desarrollo fetal humanos en caso de contaminación. Las mezclas químicas en las formulaciones comerciales parecen ser subestimadas respecto de su impacto tóxico y hormonal.”

Toxicidad sobre el desarrollo
Retardo del desarrollo del esqueleto fetal y toxicidad en ratones Dallegrave, E; Di Giorgio Mantese, F; Soares Coelho,R; Drawans Pereira, J; Dalsenter P.R; and Langeloh, A. 2003. The teratogenic potential of the herbicide RoundupR in Wistar rats. Toxicology Letters 142(1).
Este estudio de teratogenicidad realizado en el Departamento de Farmacología de la Universidad Federal de Río Grande do Sul, Brasil, mostró una tasa de mortalidad del 50% en las ratas tratadas con 1000 mg/kg y alteraciones esqueléticas en los fetos en los grupos tratados con 500, 750 y 1000 mg/kg. Concluyó que el Roundup es tóxico para las madres e induce retardo del desarrollo del esqueleto fetal.

Toxicidad reproductiva

Abortos espontáneos

Arbuckle TE, Lin Z, Mery LS. An exploratory analysis of the effect of pesticide exposure on the risk of spontaneous abortion in an Ontario farm population. Environ Health Perspec 2001;109:851–857.
5 Savitz, D.A. et al. 1997. Male pesticide exposure and pregnancy outcome. Am. J. Epidemiol. 146: 1025-1036.
Anormalidades funcionales en cadenas enzimáticas de órganos de ratas embarazadas
Para prevenir el riesgo sanitario por exposición a sustancias ambientales, particularmente para la progenie, estudiamos los efectos del herbicida glifosato sobre tres enzimas del citosol de ratas embarazadas: isocitrato deshidrogenasa-NADP dependiente, glucosa-6-fosfato deshidrogenasa y málico deshidrogenasa en hígado, corazón y cerebro de ratas Winstar embarazadas. El tratamiento fue administrado durante los 21 días de embarazo, con una semana como período de aclimatación. Los resultados sugieren que la exposición materna a agroquímicos durante el embarazo induce una variedad de anormalidades funcionales en la actividad específica de las
enzimas en los órganos estudiados de las ratas embarazadas y sus fetos.
Daruich J, Zirulnik F, Gimenez MS. Effect of the herbicide glyphosate on enzymatic activity in pregnant rats and their fetuses. Environ Res 2001 Mar;85(3):226-31
Catedra de Bioquímica Molecular, Área Química Biológica, Facultad de Química, Bioquímica y Farmacia, Universidad Nacional de San Luis, Argentina.

Estudios con conejos han mostrado efectos adversos dependientes de la dosis sobre el semen y la calidad espermática (24) y otros estudios a altas dosis han reportado efectos tales como reducción del conteo espermático en ratas (7,25). Según la EPA, exposiciones continuadas a residuos en aguas en concentraciones superiores a 0.7 mg/L pueden causar efectos reproductivos en seres humanos.
7. World Health Organisation (WHO), 1994. Glyphosate. Environmental Health Criteria
159. The International Programme on Chemical Safety (IPCS). WHO, Geneva.
24. Yousef, M.I., Salem, M.H., Ibrahim, H.Z., Helmi, S., Seehy, M.A. and Bertheussen, K. 1995. J. Env.Sci. and Health Part B - Pesticides Food Contaminants and Agricultural Wastes 30(4), 513-534.
Yousef,M.I. et al. Toxic effects of carbofuran and glyphosate on semen characteristics in rabbits. J Environ Sci Health B 30, 513-34 (1995).
25. US Dept of Health and Human Services. Public Health Service, National Institute of Health, (undated). NTP technical report on toxicity studies of glyphosate (CAS No. 1071-83-6) administered in dosed feed to F344/N rats and B6C3F1 mice. (NIH Publication 92-3135). Toxicity report series No. 16. Research Triangle Park, NC: National Toxicology Program.. Cited in Cox, C., 1995a op cit 11.

Se constató que el Roundup inhibe la producción de hormonas esteroides, esto podría ocasionar una pérdida de fertilidad en varones.


WALSH, L.; McCORMICK, C.; MARTIN, C.; STOCCO, D. Roundup inhibits steroidogenesis by disrupting steroidogenic acute regulatory (StAR) protein expression.
Environ Health Perspect. Cary NC, Nº 108, p.769-776, Julio de 2000.
Conducido por el Departamento de Biología Celular y Bioquímica de la Universidad Tecnológica de Texas, este estudio examinó el efecto potencial de los pesticidas sobre el sistema reproductivo. En cuanto al Roundup, mostró que disminuía la producción de progesterona de forma dependiente de la dosis aunque sin inducir un descenso paralelo en la síntesis total de proteínas, indicando que el herbicida no habría ocasionado toxicidad celular aguda... (¿?)
Oliva, A., Spira A. Multigner L. 2001 Contribution of environmental factors to de risk of male fertility. Human Reproduction, vol. 16, Nº 8, pp 1768-1776, 2001

Oliva, Alejandro 2001 “Factores medioambientales y alteraciones seminales en el hombre”. Unidad de Andrología - Hospital Italiano de Rosario Instituto Universitario Italiano de Rosario y Sociedad Argentina de Endocrinología y Metabolismo www.saem.org.ar/raem_vol39sup_06_05.htm


Mutagenicidad

Efectos mutagénicos / genotóxicos
Estudios de los efectos del Roundup™ sobre linfocitos humanos y bovinos revelaron un incremento de la frecuencia de intercambios de cromátidas hermanas, intercambios genéticos durante la división celular resultando en mutaciones puntuales. (6,7) Esto sugiere “que sería inducido un stress oxidativo o bien un efecto mutagénico”. (47)

6. Vigfusson, N.V. and E.R. Vyse. 1980. The effect of the pesticides, Dexon, Captan, and Roundup on sister-chromatid exchanges in human lymphocytes in vitro. Mut. Res. 79:53-57.
7. Bolognesi, C. et al. 1995. Mutagenicity testing of nine herbicides and pesticides currently used in agriculture. Environ. Mol. Mutagen. 25:148-153.
46. Lioi MB, Scarfi MR, Santoro A, Barbieri R, Zeni O, Di Berardino D and Ursini MV,

Genotoxicity and oxidative stress induced by pesticide exposure in bovine lymphocyte cultures in vitro, Mutation Research, 403(1-2): 13-20, 1998.
47. Lioi MB, Scarfi MR, Santoro A, Barbieri R, Zeni O, Di Berardino D and Ursini MV, Cytogenetic damage and induction of pro-oxidant state in human lymphocytes exposed in vitro to glyphosate, vinclozolin, atrazine, and DPX-E9636, Environmental Molecular Mutagenesis, 32(1): 39-46, 1998.
Boffetta P, Bolognesi C, Bonatti S, Degan P, Gallerani E, Peluso M, Rabboni R, et al.

Genotoxic activity of glyphosate and its technical formulation Roundup. J Agric Food Chem. 45:1957–1962. Mutat Res. 1980 Sep;79(1):53-7.
Rank J, Jensen AG, Skov B, Pedersen LH, Jensen K (1993) Genotoxicity testing of the herbicide Roundup and its active ingredient glyphosate isopropylamine using the mouse bone marrow micronucleus test, Salmonella mutagenicity test, and Allium anaphase-telophase test. Mutat Res 300(1): 29-36.
Este es un estudio dinamarqéues que confirma efectos mutagénicos (mutaciones puntuales) y de inducción de aberraciones cromosómicas del glifosato y sus fórmulas comerciales mediante tres pruebas in vitro con tejidos y células de organismos de diferentes reinos. Se compararon efectos del glifosato y el Roundup, constatando para este último una toxicidad cinco veces mayor que la del glifosato sólo.

Lin N, Garry VF (2000) In vitro studies of cellular and molecular developmental toxicity of adjuvants, herbicides, and fungicides commonly used in Red River Valley, Minnesota. J Toxicol Environ Health A 60(6): 423-39.
Ante el aumento de incidencia de malformaciones congénitas en el área, los investigadores estudiaron in vitro el impacto de 16 agroquímicos, incluyendo el glifosato, sobre una línea de células cancerosas cultivadas (MCF-7 breast cancer cell line) sensibles a los estrógenos. La proliferación celular en estas células indica efectos estrogénicos mediados por xenobióticos. Este tipo de datos y experimentos sirve para comprender mejor los efectos adversos reproductivos y del desarrollo en humanos expuestos a estos agroquímicos, además de sugerir la necesidad de futuros estudios in vivo sobre animales para detectar este tipo de toxicidad.

Formación de aductos de ADN en riñón e hígado de ratones
Peluso M, Munnia A, Bolognesi C y Parodi S. P32-Postlabeling detection of DNA adducts
in mice treated with the herbicide roundup. Environmental and Mol. Mutagenesis 1998, 31, 55-9.
Este trabajo muestra que el Roundup induce la formación de complejos conformados por una porción de ADN anormal y una sustancia química cancerígena, de manera dependiente de la dosis, en los riñones y el hígado de ratones. Estos “aductos” de ADN no se relacionaron con el ingrediente activo, la sal isopropilamínica del glifosato, sino con otro componente desconocido de la mezcla herbicida. Los autores sugieren experimentación adicional para detectarla.

Citotoxicidad y genotoxicidad en células humanas
Monroy C. M., Cortés A. C., Sicard D. M., Groot de Restrepo H. Citotoxicidad y genotoxicidad en células humanas expuestas in vitro a glifosato. Biomédica 2005;25:335-45.
Este estudio evalúa la citotoxicidad y la genotoxicidad del glifosato en células humanas normales (GM38) y en células humanas de fibrosarcoma (HT1080). Se determinó citotoxicidad aguda y crónica al exponer las células en cultivo a diferentes concentraciones de glifosato y se analizó la viabilidad celular. La genotoxicidad se determinó por medio del ensayo del cometa y los datos se analizaron usando la prueba de Dunnet. Sus resultados sugieren que el mecanismo de acción del glifosato no se limita únicamente a las plantas sino que puede alterar la estructura del ADN en otros tipos de células como son las de los mamíferos.

Genotoxicidad en ratones
Mañas Torres, F., González Cid Urroz, M.B., García Ovando, H., Welyers Anchordoqui, I., Ugnia Vera, L., Larripa Hand, I. B., Gorla Abrate, N. (2006). La genotoxicidad del herbicida glifosato evaluada por el ensayo cometa y por la formación de micronúcleos en ratones tratados. Theoría, año/vol. 15, número 002. Universidad del Bío-Bío. Chillán, Chile. Pp 53-60
En este estudio realizado por científicos argentinos, la medición de genotoxicidad a través del ensayo de cometa y de micronúcleos les permite estimar que glifosato 400 mg/kg es capaz de producir mutaciones y daño citogenético in vivo en ratones.

Sugieren firmemente el uso controlado y mínimo de este herbicida “necesario para la producción de alimentos, pero no exento de riesgo genético.”

Efecto sobre el metabolismo

Toxicidad in vitro del glifosato sobre la actividad de enzimas séricas

F. M. El-Demerdash ; M. I. Yousef ; E. I. Elagamy (2000) Influence Of Paraquat, Glyphosate, And Cadmium On The Activity Of Some Serum Enzymes And Protein Electrophoretic Behavior (In Vitro). J Environ Sci Health B. 2001 Jan;36(1):29-42.
Este es un estudio in vitro para determinar la toxicidad de algunos pesticidas (glifosato, paraquat) y del cloruro de cadmio sobre la actividad de la acetilcolinesterasa, la lácticodeshidrogenasa, la aspartatoaminotransferasa, la fosfatasa alcalina y la fosfatasa ácida. Los resultados revelaron que el glifosato tuvo un impacto sobre todas las enzimas menos una.
Daño por radicales libres inducido por depleción de glutatión intracelular
Hultberg, M. (2007) Cysteine turnover in human cell lines is influenced by glyphosate.
Environmental Toxicology and Pharmacology 24 (2007) 19–22.
El glutatión es un importante antioxidante intracelular, para lo cual usa el grupo tiol de la cisteína como agente reductor. Actúa reduciendo especies reactivas del oxígeno como peróxido de hidrógeno gracias a la enzima glutatión peroxidasa, siendo crucial para la prevención y reparación de daño peroxidativo de lípidos, proteínas y ácidos nucléicos. La exposición celular al glifosato mostró un efecto significativo sobre las concentraciones intra y extracelulares de cisteína, elemento precursor en la síntesis de glutatión. En este estudio, el impacto negativo fue evidenciado con una exposición a glifosato correspondiente a la mitad de los niveles del herbicida constatados en la orina de trabajadores rurales en el estudio de Acquavella del año 2004.

Neurotoxicidad

Se encontró que los hijos de quienes habían utilizado glifosato tenían un grado elevado de alteraciones de neurocomportamiento.
Garry V, Harkins M, Erickson L, Long S, Holland S y Burroughs B. Birth defects, seasons of conception and sex of children born to pesticide applicators living in the red river valley of Minnesota, USA. Envir Health Perspectives (Supl. 3) 2002 441-9.

Este estudio epidemiológico develó asociaciones estadísticamente significativas entre efectos adversos neurológicos, del neurodesarrollo y de la conducta y exposición al glifosato y el fumigante fosfino durante el embarazo. Se detectó mayor incidencia de autismo y trastornos del tipo síndrome de déficit atencional y síndrome de hiperactividad. Los autores fueron muy cautelosos respecto de los hallazgos y solicitaron que se continuaran este tipo de estudios.
En cultivos de células nerviosas previamente expuestas al insecticida diazinon por dos meses, los efectos tóxicos del glifosato aparecieron a una concentración varias veces inferior que en las células no expuestas.
Axelrad JC, Howard CV and McLean WG, The effects of acute pesticide exposure on neuroblastoma cells chronically exposed to diazinon, Toxicology, 185(1-2): 67-78, 2003.
Efecto de los ingredientes “inertes” (POEA)
Francisco Peixoto 2005. «Comparative effects of the Roundup and glyphosate on mitochondrial oxidative phosphorylation ». Chemosphere, In Press, Corrected Proof, Available online 26 April 2005. doi:10.1016/j.chemosphere.2005.03.044

•El estudio muestra que el Roundup altera el proceso de la respiración mitocondrial en el hígado de ratas.
•No se hallaron efectos con el glifosato sólo.
•Las alteraciones observadas fueron vinculadas a un adyuvante utilizado en el RoundUp (POEA) o a un efecto sinérgico entre el surfactante y el glifosato.
• “Teniendo en cuenta que la mitocondria posee una gran variedad de funciones bioenergéticas imprescindibles para la regulación de la producción de energía intracelular aeróbica, la homeostasis electrolítica, estos resultados cuestionan la inocuidad del RoundUp sobre la salud animal.” (Peixoto, 2005).

Exposición dietaria

Alimentos transgénicos y concentraciones residuales
Vecchio, L., Cisterna C., Malatesta, M., Martin, T.E., Biggiogera. 2004. «Ultrastructural analysis of testes from mice fed on genetically modified soybean». European Journal of Histochemistry, vol. 48, no.4 (Oct.-Déc.), p. 449-454.
El análisis ultraestructural de testículos de ratones alimentados con soja transgénica tolerante al glifosato constató diferencias con el grupo control de glifosato.

Las alteraciones sugieren una reducción en la trascripción entre los ratones alimentados con soja transgénica.

. Hipótesis: estas alteraciones, similares al efecto del glifosato reportadas en otros estudios, pueden relacionarse con los residuos de glifosato presentes en la soja transgénica (Vecchio et al., 2004).
Más sobre efectos de la soja transgénica, ver:
- Malatesta et al. 2002.«Ultrastructural Morphometrical and Immuno cytochemical analyses of Hepatocyte Nuclei from Mice Fed on Gentically Modified Soybean», Cell Structure and Function, vol. 27, p. 173-180.
- Malatesta et al., 2003. «Fine structural analysis of pancreatic acinar cells from mice fed on genetically modified soybean». European Journal of Histochemistry, vol. 47, no.4 (pct-déc), p. 385-388.
- Manuela Malatesta, et al, Ultrastructural analysis of pancreatic acinar cells from mice fed on genetically modified soybean, Journal of Anatomy, Volume 201 Issue 5 Page 409 - November 2002

Parece mentira que el grueso de la población científica y gubernamental argentina continúe ignorando la enorme cantidad de víctimas del “glifocidio” en curso, quiénes son los “glifocidas” y cuánta la “glifotoxicidad”. Y da vergüenza ajena ser médico sabiendo que en nuestros hospitales de las zonas sojeras la mayoría de colegas se niega a informar en la historia clínica toda vinculación entre la sintomatología de sus pacientes y la exposición crónica a agroquímicos. Resulta asimismo sorprendente que los grupos argentinos de médicos ambientales no estén haciendo estudios masivos en estas poblaciones con el económico y accesible test de la cometa, un estudio clínico simple que permite medir la genotoxicidad de una comunidad.
No perdamos de vista cuál es la clave unificadora que conecta todos y cada uno de los eventos, relatos y denuncias de este trabajo. Esa conexión es el vínculo entre las mujeres y los hombres de toda edad quienes, tratando de ir por sus vidas como mejor pudieron, terminaron convertidos en víctimas de un peligro innecesariamente interpuesto en su camino. Y decimos que este yugo tóxico nunca debió aplastarlos porque se supone que nuestros científicos y funcionarios debían proceder según las indicaciones del mejor y más moderno “manual” disponible y no las del de hace cincuenta años atrás. Porque más tóxica que el glifosato es la desactualizada concepción científica de la vida que respalda al modelo agroindustrial imperante. Este glifocidio es sólo una parte ínfima de las consecuencias trágicas del mapa mental mecanicista dominante, consecuencias que exceden en magnitud incluso al máximo de maldad, egoísmo e insensibilidad humana concebible. Si la ciencia es una herramienta humana concebida con el fin de mejorar nuestra vida, entonces está claro que hay una impostora ocupando su lugar y logró que el grueso de la población científica mundial y nuestros gobiernos, malinterpreten e ignoren información crucial. Desenmascararla una y otra vez es nuestro compromiso profundo para con cada ser humano, cada especie animal y cada porción de suelo que hoy sufren su demencial avance y no
pueden gritar.

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