jueves, 18 de febrero de 2010

SEXUALIDAD Y DISCAPACIDAD: Un estudio derriba mitos

La sexualidad de las personas con discapacidad física aún es un tabú
Contrario al sentido común, que supone una vida sexual poco activa en función de las propias limitaciones, un trabajo de post-doctorado de la psicóloga brasileña Ana Claudia Bortolozzi, de la Universidad Estadual Paulista, apunta a desmitificar este preconcepto.

Bortolozzi, quien acaba de editar el libro “Sexualidade e Deficiências” (Editora Unesp), acompañó en su proceso de investigación a un grupo de doce personas con diferentes dificultades de locomoción a lo largo de distintas entrevistas, donde demostró que más allá del interés en las relaciones amorosas y sexuales, los portadores de discapacidad motriz aprenden a adaptar sus vidas sexuales en el intercambio de información y experiencias con pares.


Los entrevistados confesaron que debieron aprender ellos mismos toda la serie de cuidados y preparativos para los encuentros sexuales, ya que muchas veces los médicos no estaban preparados para hablar sobre sexualidad con ellos.

La relación sexual, en estos casos, puede requerir algunos cuidados especiales, como la aplicación de lubricantes para las mujeres y el uso de medicamentos orales o intravenosos para alcanzar la erección en los hombres. Otros cuidados también están relacionados con adaptar las posiciones amatorias tradicionales o el vaciamiento de vejiga en el caso de las personas que por su lesión padecen incontinencia.

La psicóloga comentó además que la autoestima y la preocupación por la apariencia fueron constantemente citados por los entrevistados. “La preocupación con la cuestión estética fue demostrada por ambos sexos”.

Sin embargo, los hombres manifestaron una mayor inquietud por su capacidad de tener o sostener la erección, mientras que las mujeres exteriorizaron sus dudas en relación al alcance del orgasmo, la fertilidad y la capacidad de sentirse seductoras.
La investigación de Bortolozzi apunta que un comportamiento común entre los familiares de estas personas es sentir que ellos no tienen interés por el sexo, el enamoramiento y el casamiento. Una joven que participó del estudio contó que su madre no siente especial preocupación cuando ella sale con amigos hombres, pero que a su hermana sin discapacidad la controla excesivamente, lo que demuestra que en el imaginario de su madre ella es un ser asexuado, incapaz de despertar situaciones de “peligro”, que pudieran escapar a su control.


En un apartado del estudio, la psicóloga dedica un tramo al acompañamiento de personas con discapacidad mental, donde los mitos y tabúes son aún mayores. “Fingir que ellos no tienen deseos sólo empeora la situación”, afirma. “Hoy, muchas personas con discapacidad intelectual contraen Sida porque tienen una vida sexual muy activa pero carecen de acceso a la información”.


Fuente: El Cisne

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