viernes, 24 de septiembre de 2010

Información y prevención, las claves contra el cáncer uterino


El Cáncer de cuello de útero afecta, actualmente, a unas 500 mil mujeres en todo el mundo, de las cuales la mitad cobran vida.

En tanto, en la Argentina, cada año, 200 mil personas desarrollan algún tipo de Cáncer, una de las cifras que ponen a nuestro país a mitad de camino entre las naciones desarrolladas y las que están en desarrollo.

Por la incidencia de ciertos cánceres, como el de pulmón, mama y colon, el país se parece a países como los Estados Unidos o España; pero se aleja de ellos, y se acerca a otros países latinoamericanos cuando se trata de cánceres más prevenibles, como el de cuello de útero.

La Liga Argentina de Lucha contra el Cáncer ha declarado a septiembre como el mes nacional de concientización del cáncer ginecológico, desarrollando en todo el país acciones preventivas.

“Toda paciente que realiza los controles estrictos no va a padecer un cáncer ginecológico”, comenzó destacando en su charla con EL DIARIO el ginecólogo Miguel Coniglio, jefe del Servicio de Maternidad del Hospital Materno Infantil San Roque.

“Los verdaderos problemas surgen cuando no se respetan los controles anuales”, admitió. “Y esto ocurre por una cuestión de educación, seguimos sin darle a la prevención la importancia que se merece”, advirtió el profesional médico.

Al respecto, el entrevistado hizo hincapié en una preocupación que desvela al sector sanitario: la falta de conocimiento acerca de los métodos profilácticos. “Hasta aquí llegan adolescentes embarazadas que desconocen las enfermedades de transmisión sexual a las que pueden estar expuestas”, contó Coniglio.

De hecho, el Cáncer de cuello de útero surge por un virus que se contrae por vía sexual y que detectado a tiempo puede ser tratado y curado. “El problema es que muchas mujeres llegan tarde”, se lamentó.

“En estos últimos 10 años tuvimos 2.200 casos de embarazadas controladas, y contamos dentro de nuestro servicio con un porcentaje de 0,45 sobre mil mujeres, es decir que es bajo el índice de lesiones”, precisó el ginecólogo. Pero alertó sobre la presencia de lesiones de alto grado, pre-cancerosas, muy cercanas a un cáncer, que llegan a un promedio del 12 % sobre mil mujeres.

“Por eso es necesario y fundamental hacer controles periódicos y un papanicolaou (PAP) al año”, insistió. Este método de detección es muy sencillo de realizar, “basta con que la paciente no haya tenido relaciones sexuales 24 horas antes y no presente pérdida de sangre”, indicó.

“Si el resultado del estudio informa que hay una lesión, efectuamos una colposcopía para detectar adonde está y actuar en consecuencia”, detalló.

VÍAS DE TRANSMISIÓN.

El de cuello de útero es un cáncer propio de la mujer joven. A diferencia de otros tumores, se puede prevenir, eso quiere decir que pueden detectarse lesiones preinvasoras que de no ser tratadas se convierten en un cáncer invasor. Si se detecta una vez que se transformó en un cáncer invasor, deben realizarse tratamientos muy agresivos (cirugía, radioterapia, quimioterapia); y a pesar de los mismos la mitad de las pacientes que realizan tratamiento, mueren a causa de este cáncer.

Existen más de 30 tipos de virus que se transmiten de una persona a otra por actividad sexual.

El papovavirus —conocido como HPV— es el causante del 90 % de las enfermedades de transmisión sexual con formación de un futuro cáncer; es muy común y fácil de contraer por esta vía.

La infección puede, o no, presentar síntomas, “por eso cobra fuerza la prevención con métodos profilácticos”, subrayó Coniglio.

Entre los tratamientos para curar las lesiones precursoras del cáncer de cuello uterino se cuenta con la criocirugía, el láser, la electrofulguración con radiofrecuencia, el LEEP y la conización cervical. Es muy importante remarcar que todos estos tratamientos tienen como fin curar las lesiones producidas por el HPV, pero no sirven para curar la infección por el virus; es decir que luego de cualquiera de estos tratamientos, las mujeres continúan infectadas y con riesgo de tener lesiones nuevas.

“Una vez que es tratado y curado la mujeres retoman una vida plena, sana; todo dependerá de hasta dónde esté infiltrado el tumor, por eso es importante hacer a tiempo el PAP para detectarlo y extirparlo para garantizar la calidad de vida de las personas afectada por la enfermedad”, referenció finalmente.

Una enfermedad prevenible

Aunque se puede prevenir, el cáncer de cuello de útero sigue siendo una importante causa de muerte entre las mujeres.

Se recomienda a todas las mujeres de entre 25 y 64 años que se realicen este estudio, con especial énfasis a partir de los 35 años. También se lo deben hacer las mujeres mayores de 64 años que nunca se lo hayan hecho. El examen se realiza gratis en cualquier hospital del país.

El PAP es un estudio que todas las mujeres tienen derecho a exigir. En la actualidad, el Programa Nacional de Prevención del Cáncer de Cuello de Útero lleva adelante acciones conjuntas con las provincias para ampliar la oferta de centros de salud donde las mujeres puedan realizase el estudio, asegurar la calidad de los laboratorios de citología y fortalecer los servicios de salud donde se llevan adelante los tratamientos.

AL MARGEN

Los estudios demostraron que más del 50 % de las mujeres adquiere una infección por HPV en los cinco primeros años de inicio de sus relaciones sexuales.

Los riesgos más importantes para infectarse por HPV son:

* inicio de las relaciones sexuales a edad temprana;
* múltiples parejas sexuales o pareja con múltiples parejas sexuales;
* depresión del sistema inmunológico.

El dato

1600 MUJERES mueren por año en la Argentina como consecuencia del cáncer de cuello de útero. Mientras que cada año surgen 4.900 nuevos casos.

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